Se practica poco sexo. Ésta es la conclusión a la que llegan muchos estudios científicos sobre los hábitos sexuales de las personas. Hasta el punto de que, en la jerga científica, el tener una “alta frecuencia orgásmica” es el mantener relaciones sexuales dos veces a la semana. Sin embargo, la misma ciencia nos demuestra que una vida sexual activa nos hace más felices. Quizá vaya siendo hora de ir más a menudo a la farmacia por condones en vez de ir por los analgésicos.
Tomemos por ejemplo los beneficios del sexo sobre la salud física. Para empezar, hacer el amor tres veces por semana permite quemar hasta 7.500 calorías por año, el equivalente a una carrera de cien kilómetros. Además, el sexo balancea el equilibrio entre el colesterol bueno y el malo, reduce el exceso de colesterol en el cuerpo y estimula la testosterona la cual, a su vez, fortifica huesos y músculos además de aumentar el deseo sexual.
Pero eso no es todo. También reduce los problemas de próstata, limita el estrés y reduce las posibilidades de morir de una crisis cardiaca. Es decir, las relaciones sexuales regulares nos hacen más fuertes y, por lo tanto, más capaces y motivados a tener más.
Tomemos por ejemplo los beneficios del sexo sobre la salud física. Para empezar, hacer el amor tres veces por semana permite quemar hasta 7.500 calorías por año, el equivalente a una carrera de cien kilómetros. Además, el sexo balancea el equilibrio entre el colesterol bueno y el malo, reduce el exceso de colesterol en el cuerpo y estimula la testosterona la cual, a su vez, fortifica huesos y músculos además de aumentar el deseo sexual.
Pero eso no es todo. También reduce los problemas de próstata, limita el estrés y reduce las posibilidades de morir de una crisis cardiaca. Es decir, las relaciones sexuales regulares nos hacen más fuertes y, por lo tanto, más capaces y motivados a tener más.
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